Una historia de amor feliz.

Hola, me llamo Leo y tengo 22 años, tengo una novia que tiene 17 años. Llevamos 3 años de noviazgo, nos queremos mucho, pero su madre se interfiere en lo nuestro, mi madre siempre nos ha apoyado en todo, teníamos planes de casarnos y todo, pero pasó algo que lo impidió, además ella es menor y su madre tampoco lo aceptó. 

Ella y yo nos amábamos mucho, a pesar de que su madre interfiriera en todo ella me amaba y siempre terminaba discutiendo con su madre, cosa que no me gustaba, pero ella decía que no dejaría que su madre hablara mal de mí porque ella si me conoce perfectamente.

Pasaron los meses y su padre que no vive con su madre, porque hace años se separaron, le propuso a mi novia que se fuera a vivir con él, él aceptaba nuestro noviazgo. Nunca entendí por qué su madre no me quería para ella, siempre he sido caballeroso con ella y mi novia, a pesar de que ella ni el saludo me dirigía. Su padre le propuso eso a su novia y ella accedió, pero su madre no quería, pero como padre biológico de ella él estaba en todo su derecho de vivir también con su hija, entonces, ella se fue a vivir con su padre y yo la apoyé en todo. La casa de su padre quedaba a 1 hora de la mía, pero todos los días buscaba la manera de ir a verla, porque mi amor por ella puede más que la distancia que nos separa. 

Con su padre planeé una buena sorpresa de cumpleaños para ella, ya en 2 días se acercaba su cumple y le organizamos una fiesta donde fueron invitados todos nuestros amigos y parte de su familia, incluyendo a su madre la cual dijo que no asistiría. Llegó su cumple y la llevé a comprarse ropa y le regalé un celular. La llevé al lugar de la fiesta con una cinta en los ojos y al abrirlo todos le gritamos FELIZ CUMPLEAÑOS. En la entrada decía: FELIZ CUMPLEAÑOS, MI AMOR. 

Ella lloraba de felicidad, el lugar era muy hermoso y más con ella ahí para mí era espectacular. Pasaron los meses y volvía  pensar en pedirle matrimonio, ya era era mayor de edad. Pensé en el mejor momento de pedirle matrimonio y pensé en hacerle una cena en la playa, su lugar favorito. Decoré todo el lugar con rosas, bebidas, comida, música, etc. Le compré el anillo más hermoso y el día que la cité al lugar le pedí matrimonio y ella me dio el SÍ. Luego le pedí la mano de ella a su padre y él aceptó. 

La boda se propuso para 1 meses después y llegó el día de la boda y todo salió tan perfecto, todo se puedo gracias a Dios. Hoy día somos la pareja más feliz y pensando en tener a un bebé con Dios mediante.

Luchen por lo que quieren, al final tendrán sus frutos, Se vale amar, y más amar y ser correspondido.