Mi primera comunidad.


La relación de pareja constituye la primera *comunidad*. Cuando esa relación de afecto se proclama de forma pública e institucional hablamos de matrimonio.

Desde el momento en que la pareja amplía su relación con la incorporación de hijos e hijas, se comienza a hablar de familia. La familia es la célula básica de la sociedad. En ella se dan vínculos de cuidado, responsabilidad y dependencia entre sus miembros.

Mi entrada en el mundo.


Hemos nacido en el seno de una familia que nos cuida, nos ayuda y nos hace crecer. Nadie puede venir al mundo solo ni sobrevivir, especialmente en sus primeros años, sin alguien que se ocupe de él.

De todos los grupos humanos a los que pertenecemos, la familia es el más importante, valioso y significativo. Lo que vivimos en la familia perdura para siempre, y las experiencias buenas o malas nos y marcan de tal modo que no las olvidamos jamás.

Mi apellido.


Recibí un apellido de mis padres, el que ellos mismos heredaron de sus padres.

Recibir un apellido es ser acogido en una familia, es tener un lugar en ella. Antes de mí, otros llevaron este apellido. Entro a formar parte de su linaje. Como una rama unida al árbol, yo tengo mi propio árbol genealógico.

Parte de mi aspecto y mi personalidad.


Cuántas veces han dicho de nosotros: "tienes los mismo ojos de su madre", "tiene el genio de su padre". Y es que nuestros abuelos y nuestros padres, nos han transmitido también sus propios genes. Hemos heredado de ellos algunos rasgos físicos y muchos aspectos de nuestro carácter y personalidad.

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