El primer beso nunca se olvida, pues fue el primero.
La conocí un día de abril, Éramos unos niños aún, cuando en el juego de la botellita me tocó darme un beso con la chica que me gusta.
Estaba súper nervioso. Nos besamos y fue tan mágico, quizás en mí suene muy cursi por ser hombre, pero es la verdad. No quería dejar de besalar, sus ricos labios sabor a miel eran tan dulces.
Pasaron mis segundos de emoción y continuamos en el juego.
Meses después aún seguía enamorado de ella, con apenas 15 años.
Yo le confesé mi amor por ella, y ella no parecía ajena al sentimiento. Nos convertimos en muy buenos amigos y a través de nuestra amistad la fui conquistando. La llenaba de detalles, de cartas, de poemas, le hacía regalos y la llevaba a salir a muchos lugares, sí, con apenas 15 años. A mis 16 años aún sentía igual o más amor por ella. Era única en verdad, soñaba tras noches en ese beso con ella y en la persona tan encantadora como es ella.
Llegó el día y ocurrió lo que tanto anhelaba. ¡Quiso intentarlo conmigo! La espera dio sus resultados. Ya éramos novios y nuestra relación sigue en pie y ya cada uno tiene 18 años. Es ella lo mejor que me ha pasado.
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