Tenemos esa mala costumbre de juzgar sin conocer, que juzgamos por el simple hecho de que alguien nos cuenta cosas horribles sobre una persona, de manera que nuestra manera de verle estará influenciando por los comentarios que escuchamos.
Jamás hemos visto a esa persona, jamás hemos hablado con esa persona, y por sólo porque alguien nos dijo que era de esa manera nos precipitamos a juzgarla y no la miramos con buenos ojos.
Siempre pasa lo mismo, ejemplo; cuando nos presentan a una mujer y luego nos dicen que es una cualquiera, que no sirve, que es hipócrita, mala amiga, etc. Y al final, lo mismo, juzgamos sin siquiera darle la oportunidad de hablar o de conocerla.
Reflexión:
No siempre las personas son como nos dicen.
No somos una monedita de oro para caerle bien a todos, así como hablan mal de alguien, lo pueden hacer contigo simplemente, porque no les caes bien, pero eso no significa que lo que han dicho sea cierto, a veces, sólo es envidia. Por eso, siempre debemos darle una oportunidad a las personas para conocerlas antes de juzgarla y pensar mal de ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario