Me enamoré de mi profesor.

Era él mi profesor de Religión. Esta es mi historia...

El primer día de clases en el octavo curso de la primaria, yo la niña de 13 años a las que todos llamaban loca por no pensar como ellos pensaban.

Él y sus ojos amarillo me cegaron a tal punto que ya no podía ver. Me sentía una completa desconocida conmigo, ya la niña inocente no estaba. Intenté llamar la atención de mi profesor contradiciendo todo lo que él decía, tanto que di la negativa de que no existía Dios, sólo para que él me pusiera un poco de atención.

Mi colegio era liderado por monjas... por tanto, por ello tuve muchos problemas. Todos sabían que el profesor me gustaba, ya no era un secreto, yo misma se lo confesé al profesor.

El profesor no me creyó al principio, pero luego sus ojos cambiaron porque vio que lo decía con sinceridad. Él me delató al instante, cosa que no entendía porque pensé que le había dicho algo especial.

Ese mismo día intenté suicidarme (ya en otras ocasiones lo había intentado). Me hice una cortada en mi pierna y allí escribí su nombre, luego me colgué pero mi madre llegó al instante... Ésta se preocupó y entre gritos y golpes discutimos porque se había preocupado. 

No tanto me dolía que él no me correspondiera, sino que ese amor que sentía por él creciera cada día más, ya mis intentos de suicido no eran por él, sino por el amor que cada día crecía más y mi corazón ya no quería sufrir más. 

Un día escribí en una hoja su nombre junto al mío con un corazón, allí le hice una promesa la cual era: no olvidarme nunca de él. Yo misma le entregué la hoja.

Una tarde pasé por su casa y fingí desmayarme, un policía me vio y me hice la que no recordaba nada, éste me preguntaba cuál era mi nombre y me hacía la que no sabía nada, ahí llegó mi profesor y le dijo mi nombre, y a mí me dijo: recuerda la promesa que me hiciste.

Días después mi madre me dijo que me habían expulsado del colegio, él me había delatado y ese día fui a su casa y sólo me dijo que no pudo evitarlo... Entonces él para despedirse (como lo hace con todos sus alumnos) rozó sus labios sobre mi mejilla para darme un beso de despedida. Yo giré la cabeza y nuestros labios se cruzaron, él no retiró sus labios durante esos 10 segundos, fueron eternos y me fui.

Y así fue como por lo que todo luché se fue a la basura. Nunca olvidaré todo lo que pasó en ese año.

No hay comentarios:

Publicar un comentario